domingo, 13 de marzo de 2011

RUEDA CASTELLANA


                                                          
La rueda viene a ser una jota bailada en corro formando un círculo entre todas las parejas y con movimientos de traslación. Estos bailes son muy estimados y practicados en las altas tierras del Duero, en Soria, Segovia y Burgos. Según José Greller Friesel, las danzas circulares tienen su origen en ritos mágicos, con los que se pretendía atraer el bien y evitar que, debido a la unión que representa el círculo, penetrara el mal[1].  El centro sería el lugar destinado al dios protector, esta fórmula adquiría entonces una dimensión espiritual[2]. Es una manera de acción colectiva en la que se reúnen ritmo, sonido y movimiento.
En las de nuestra región se ponen de frente la mujer y el hombre, que tiene que colocarse por dentro de la rueda, y van girando hacia la izquierda éste y hacia la derecha la mujer con los brazos en cruz y poco movimiento de la parte de arriba del cuerpo. Al finalizar la pieza todas las parejas giraban en sentido contrario al reloj, avanzando en círculo un 4º, paseando y charlando, mientras el tamboril toca un redoble.


[1] GRELLER FRIESEL, José: “El baile corrido en Castilla y León”, en BELTRÁN MARTÍNEZ, Antonio y otros: La danza en la cultura tradicional de Castilla y León. Estudio y Pedagogía II. Junta de Castilla y León/Consejería de Educación y Cultura. Valladolid, 1998, pp. 141-154: 143.
[2] SACHS, Curt: Storia della danza.il Saggiatore. Berlín, 1933, p.169.

El Museo de Instrumentos Musicales de la Fundación Joaquín Díaz

            La justificación sobre la elección de este museo para desarrollar uno de los aspectos en torno al mundo del folklore musical de Castilla y León para nuestros alumnos de la E.S.O. se basa en que es una de las colecciones de instrumentos musicales tradicionales más completa que existe en España y es un referente a nivel internacional.
Estamos de acuerdo con las palabras escuchadas al director del centro[1] cuando afirma que debemos conocer nuestro pasado pues de esa manera podemos enfrentar el futuro con una base más sólida y una perspectiva más clara de nosotros mismos. En este contexto creemos que puede resultar útil y provechoso para los alumnos, pero también para toda la comunidad educativa, no perder de vista el contacto con nuestro folklore pues “Con el papel educativo incidimos en la transmisión al público de todo lo que representa un instrumento musical para una sociedad en un lugar y época determinados. Con una presentación adecuada y atrayente de los materiales, visitas guiadas amenas y la edición de publicaciones divulgativas y científicas conseguiremos inculcar de una manera natural y permanente la necesidad de salvaguardar, para las generaciones actuales y futuras, la rica herencia cultural representada y transmitida por ese objeto que, en apariencia, es sólo un emisor de sonidos”[2].


[1] En conversación personal mantenida el día 08-04-2009.
[2] RAUSA, Carlos: “Instrumentos Musicales de Latinoamérica: Patrimonio a Salvaguardar”, en Revista del Museo